ARTE Y CULTURA COMUNITARIA EN EL AGUSTINO

El Agustino no solo es conocido por su vida social, urbana, económica, política, religiosa y ambiental, sino también por su vida cultural, donde el arte es una de sus manifestaciones relevantes.

Presentación de los Mojarras en la Plaza de Armas de El Agustino - Foto Raúl Méndez, 1992. Presentación de los Mojarras en la Plaza de Armas de El Agustino – Foto Raúl Méndez, 1992.

Actualmente la vida cultural en El Agustino no cuenta con una agenda común sino con varias necesidades, intereses y demandas particulares y dispersas porque no existe el proceso social que las articulen e influyan en el escenario público local. Las necesidades, intereses y demandas culturales las encontramos en las prácticas artísticas y culturales existentes en la localidad. Estas necesidades, intereses y demandas podemos resumirla en los puntos siguientes: 1) Reconocimiento y relevancia a las múltiples y diversas expresiones artísticas y culturales; 2) apoyo económico a iniciativas y proyectos artísticos y culturales; 3) mayores infraestructuras para las exhibiciones, festivales y ferias artísticos y culturales; 4) descentralización de eventos artísticos y culturales en el espacio territorial del distrito; 5) inclusión de la práctica del arte y la cultura en la curricula escolar; 6) fortalecimiento del emprendimiento artístico y cultural; 7) diálogos públicos sobre el arte y cultura comunitaria; 8) promoción de las mejores creaciones artísticas de los cultivadores del arte y la cultura local; 9) creación de escuelas zonales de arte y cultura sin fines de lucro; 10) formación de gestores culturales; 11) promulgación de políticas públicas de gestión y promoción del arte y la cultura local; otros.    

Las prácticas artísticas más comunes en El Agustino son la música, la danza, el teatro, la narrativa literaria, la poesía, la pintura y el dibujo y las menos comunes el cine, la escultura, el perfomance, la fotografía, la arquitectura, el grabado, la orfebrería, la muralización, entre otros. Mientras que las prácticas culturales comunitarias son las fiestas tradicionales, las celebraciones religiosas, los pasacalles, las festividades cívicas, las ferias de lectura, entre otros.

También es considerado parte de la cultura los aspectos físicos de la localidad hechos por el hombre y la mujer como las ruinas, viviendas, capillas, cuartel, planta de saneamiento del agua potable, parques, jardines, losas deportivas, locales comunales, local municipal, mercados, entre otros.

En el fondo la vida cultural local encuentra sus raíces en la multiculturalidad del país, principalmente de la zona andina peruana. No cabe duda de que El Agustino es hechura de todas las sangres. Eso es notorio en los modos de vida de los pobladores y las pobladoras.

Esta diversidad cultural transita en el espacio familiar, barrial y local, porque es precisamente en estos lugares donde se encuentran, intercambian, dinamizan, mezclan y enriquecen formas y contenidos de vida. Y es con la globalización del uso del internet y la modernización de la comunicación que trascienden hacia otros espacios territoriales para influir sutilmente en el pensamiento, sentimiento y comportamiento de las personas y los colectivos.

Retrocediendo hacia más atrás, a los inicios de El Agustino, las primeras movidas culturales se produjeron en las primeras oleadas de migrantes andinos que tomaron posesión y construyeron viviendas en los terrenos agrícolas, las faldas de los cerros y en la ribera del río Rímac, cuando se fundó el distrito y se experimentó en carne propia el proceso de remodelación (saneamiento físico-legal) durante la dictadura militar de los 70 y 80 del siglo pasado. Allí la música, el teatro, la danza y la poesía jugaron un rol importante como expresión de la protesta social ante un Estado patronal, militar y aristocrático que discriminaba y reprimía a quienes habitaban en los barrios de la periferia del Cercado de Lima, calificándolos de “invasores”. La resistencia y las movilizaciones populares se convirtieron en cultura popular. Las agrupaciones artísticas, algunas perseguidas por la policía, se presentaban en las calles polvorientas, sobre las rocas de los cerros, en los locales comunales y en los rincones donde hacía falta reafirmar el derecho a vivir dignamente. En aquel entonces el arte y la cultura se militaba por la influencia de las ideologías y utopías revolucionarias propias de la época y que, en ese entonces, no se podía ser y hacer de otra manera.

Posteriormente, en el año 1985, en el Año Internacional de la Juventud, surge los Primeros Juegos Florales Agustinianos con la participación protagónica de un conjunto de personas y agrupaciones dedicados al arte y la cultura conformados por las nuevas generaciones agustinianas, donde aparece el rock subterráneo como novedad en el distrito. Los testimonios de quienes vivieron los juegos florales son variados, pero todos coinciden en que fue una rica experiencia que abrió las puertas a la diversidad de expresiones artísticas, incentivando la imaginación, la creatividad y los sueños de los y las jóvenes en un contexto de inicio de la consolidación urbana y política del distrito de El Agustino.

Ya por entonces el Taller de Fotografía Social –TAFOS (1986-1998), fundado por la pareja alemana Thomas Müller y Helga Müller, venía registrando los acontecimientos sociales y la vida cotidiana de El Agustino-Lima. Las fotografías agustinianas de TAFOS desde entonces son utilizadas por diversas instituciones públicas y privadas, por ejemplo, en el Lugar de la Memoria (LUM) que queda en Miraflores. Algunos de sus más destacados exponentes son Daniel Pajuelo, Raúl Méndez y Rosa Villafuerte.

Años después nace el AGUSTIROCK (1989) creado por Grupos Rockeros de El Agustino surgiendo Solos (GRASS), el que dio vida de alguna manera a los Mojarras con el popular “Cachuca” (Hernán Condori) y que trascendió a otros espacios territoriales a partir de la miniserie “Los de Arriba y los de Abajo”. La mayoría de los festivales del AGUSTIROCK se desarrollaron durante la situación de violencia política vivida en el Perú (1980-2000). Uno de los festivales más audaces se denominó “AGUSTIROCK por la Paz” cuando la violencia terrorista del PCP-Sendero Luminoso y del Estado se encontraban en el momento más álgido de los hechos. Posteriormente, el AGUSTIROCK entró en crisis por conflictos internos que no logró superar, y es cuando surge “EL AGUSTINAZO” como nueva expresión de bandas musicales más contemporáneos del distrito. En la actualidad, ambas expresiones musicales prácticamente desaparecieron, aunque subsisten algunos rezagos y grupos que se mueven en Lima y provincias.

Otra corriente artística y cultural vino desde Waytay Centro Cultural por la organización y formato del Festival Internacional de Teatro de El Agustino – FITEA (2008-2018), presidido por Javier Maraví (Especialista en las artes escénicas). Siendo una gran novedad albergar y ver actuar a numerosos artistas profesionales del teatro provenientes de diferentes países de Latinoamérica. Cada festival era una gran fiesta multicultural, un encuentro de fraternidad latinoamericana y de denuncias los actuales modelos de sociedades y de profecías de un mundo diferente.

En la actualidad, más que antes, vienen desarrollándose incalculables actividades artísticas y culturales comunitarias en la localidad, del cual no se tiene un registro completo. Incluso cientos de jóvenes aprenden y practican diversos géneros artísticos en instituciones que tienen sus sedes fuera del distrito y que forman parte de redes de nivel regional, nacional e internacional.

Es preocupante que en el momento actual que, a pesar de la proliferación de tantas agrupaciones y prácticas artísticas y culturales comunitarias que tienen como escenarios las calles, los locales comunales, las escuelas y los espacios abiertos, no exista alguna corriente artística que lidere la articulación de los intereses y agendas en la perspectiva de la formación de una propia identidad cultural local orientada a la forja de una nueva sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.

Por otro lado, los gobiernos municipales de turno solo han dado muestras de indiferencias e incapacidades en la gestión de la vida cultural local, es por eso de que no existen políticas, programas, planes y presupuestos municipales en este campo. Lo que comúnmente ejecutan son actividades puntuales para las fotos, promueven el arte por el arte desvinculado de la vida, la realidad y aspiraciones comunitarias. Estos son los desafíos de hoy existen y que hay mucho por hacer.

Sin embargo, en medio de este enmarañado de cosas, existen experiencias renovadas en el arte y cultura comunitaria como lo viene haciendo La Clínica de Los Sueños con el “Rompeollas” en el Cerro El Agustino; o el Mural de la Diversidad en el Ovalo de la Paz promovido por Perú Diversa en base a una ordenanza municipal contra la discriminación de todo tipo; o las actividades de dibujo infantil, muralización y perfomance por la igualdad de género y la diversidad impulsados por los grupos Corazones Sin Miedo, Olla Común Carretera Central, Chichada Diversa, entre otros.

Asimismo, destacar los numerosos premios obtenidos por la Asociación Cultural Estrella y la Agrupación Artística Corazón Peruano en los concursos nacionales de marinera y tondero; así como a la Escuela de Baile Afroperuano Sabor y Canela Perú que participó excelentemente en el programa Perú Tiene Talento; la Escuela de Teatro y Circo de El Agustino (ETCA) que es una experiencia interesante de emprendimiento artístico; entre otros.

Pero aún seguimos preguntándonos: ¿Cómo articular la diversidad de necesidades, intereses y demandas en una agenda común del arte y cultura comunitaria en El Agustino? ¿Quién o quiénes tienen la capacidad de liderazgo para convocarlas? ¿Cuáles de las instituciones públicos y privados podrían ser aliados confiables? ¿Cuál sería la ruta a seguir en estos próximos 5 años? ¿Es posible formular un proyecto de ordenanza municipal participativa de gestión y promoción del arte y la cultura en El Agustino y lograr su aprobación en el Consejo Municipal?     

Finalmente, lo aprendido durante todo este tiempo histórico y presente nos indican que es necesario crear lazos entre los agentes y colectivos artísticos y culturales a través del dialogo, el reconocimiento mutuo y los encuentros de la diversidad cutlural; asimismo, en promover acciones conjuntas como festivales, ferias, pasacalles, piquetes y talleres; en utilizar los medios de comunicación y las redes sociales para difundir las propuestas y movidas artísticas y culturales; en establecer alianzas con instituciones públicas y privadas para el sostenimiento de las creaciones artísticas y culturales. En otras palabras, es comprometerse con el proceso de articulación, construcción de la agenda común, la incidencia en las políticas públicas y velar por el crecimiento de un movimiento artístico-cultural local que influya en los diferentes espacios de la vida cotidiana, del desarrollo humano e intergeneracional y la identidad y progreso de la comunidad agustiniana.

Félix Guillén Ayala

Abril 2024